Sinopsis:
Feyre,
una cazadora de diecinueve años, mata a un lobo en el bosque. Como
consecuencia, una criatura monstruosa llega buscando venganza y la arrastra a
una tierra encantada que solo conoce a través de las leyendas. Allí descubre
que su captor no es un animal, sino Tamlin, uno de los letales fae.
En su cautiverio, se dará cuenta de que
lo que siente por él ha pasado de la fría hostilidad a una pasión que arderá a
pesar de las advertencias que ha recibido. Pero una antigua y siniestra sombra
crece en esta tierra extraña, y Feyre deberá encontrar una forma de detenerla o
Tamlin y su mundo estarán condenados para siempre.
Opinión
personal:
(sin
spoilers)
Le
tenía unas ganas tremendas a este libro. Sobre todo después de conocer el arte
de la autora en Trono de Cristal y su aún mejor secuela Corona de medianoche. Sin
embargo este libro no me ha enganchado, en absoluto.
Nuestra protagonista, Feyre, debido a un antiguo tratado del
mundo de los inmortales es arrastrada
por una bestia que viene a
cobrarse la vida que ha sesgado llevándola hasta su lujosa mansión allá en Prythian.
Y se encuentra con que la bestia es
solo la forma que puede adoptar el poderoso
alto fae, dueño de la mansión: Tamlin. Aunque lo ponen de hostil en la
sinopsis más bien parece ser alguien que
se preocupa por los demás solo que no sabe cómo exteriorizarlo. Alto,
hermoso, rubio, de ojos verdes... y con una máscara que siempre lleva en la
cara. Y no solo él sino que todos los que habitan en la mansión también.
Feyre no solo convivirá con Tamlin también
con Lucien, el emisario de este y su mejor amigo, al que siempre le gusta ir
con la verdad por delante y tan pronto está metiéndose con Feyre como hablándole
de buen rollo. Sin embargo, Feyre
necesita salir de allí, no se fía de
Tamlin ni de Lucien, es el miedo que le han infundido desde siempre. A ella
y a todos los humanos. Por lo que buscará una posible grieta en ese tratado
para poder volver con su familia. Así mismo, ahora empieza a pensar qué hacer
para pasar su tiempo allí. Yo aquí me quedé, ¿en serio?
Me ha parecido un libro que únicamente
se centra en una relación que poquito a poquito se va encauzando, con pequeños
destellos de esa plaga que asola Prythian. Se me quedó muy vacío porque al ser un libro de este género y con un
mundo diferente me esperé aventuras,
viajes, acción... y no fue así. Solo Tamlin y Feyre. Le quitas el romance y la historia se queda sin nada, y el romance
tampoco es que haya sido la cosa más maravillosa de tu vida. Tiene sus
momentazos, vale, pero a mí no me hizo suspirar ni temblar, no me emocionó. No logré empatizar con la historia.
Luego, esa plaga, que se supone que es el argumento misterioso y maligno
que persigue a contrarreloj a los inmortales de Prythian... cuando por fin te cuentan qué es, vale
que hay una historia detrás pero me
pareció una cosa de lo más sencilla, caprichosa. Y por que sí. Insustancial.
Pasada la mitad del libro seguía sin
pasar nada. Luego hubo un giro y empezó la acción a las 140 páginas de acabar
el libro. Pero es que además, pasaban cosas de seguido constantemente; lo que llevaba esperando el resto del libro
lo dejó para el último momento. Le encontré muchas incongruencias, primero
se decía una cosa y más adelante otra distinta y la protagonista ni se quejaba
y yo ofendida pero ya es que me daba igual.
Lo
iba leyendo sin gusto después de tantas páginas de puro relleno amoroso.
Por mí podría ahorrarse el hacer una continuación, de hecho una trilogía,
porque casi todo lo cierra muy bien
de no ser porque ya casi en la última hoja aparecen dos frases que enturbian un
poco el final.
En
conclusión, este libro estuvo lleno de incongruencias y de vacío y sin
trasfondo en lo que a esa peste se refiere, lo que en su conjunto hizo que no
me haya atrapado. Fue una lectura con momentos entretenidos pero no me
enganchó. Le faltaron muchas cosas.
NO ME DIO MÁS
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